Limpieza doméstica

Cuando tratamos de limpieza doméstica, que es el ámbito en el cual la mayoría de los mortales opera, limpiar parece tarea fácil. En realidad, no requiere más que de alguien dispuesto y unos escasos medios tecnológicos; que se componen básicamente, de bayeta, cubo, un disolvente, y una fregona.

No se necesitan grandes conocimientos, más allá de los que la propia experiencia nos va aportando al respecto: Qué superficies se pueden mojar o no, qué técnica es la adecuada para cada una de las situaciones o como planificar el trabajo para hacerlo más efectivo y rápido.

En cuanto a los disolventes, sencillo también. Tenemos una amalgama de ellos que van desde la humildad del agua, hasta todo tipo productos químicos especializados para cada una de las superficies, estados, momentos, estación del año, o cualquier otro parámetro que podamos pensar.

Parece fácil. Musiquita y ponerse a ello…

Cuando hablamos de limpieza de grandes superficies, es otro cantar. La facilidad de una tarea doméstica se viene abajo dadas las diferencias de los emplazamientos, sobre todo de tamaño. Además, la improvisación y espontaneidad con la que se puede realizar la limpieza doméstica, ahora se torna en el análisis de un buen número de criterios previos y contar con los medios adecuados que, por otra parte, no han de ser pocos.

Limpieza de grandes superficies

Tamaño. Nos podremos encontrar techos elevados, enormes acristalamientos o extensas superficies. Deberemos conocer, por tanto, qué técnica es la adecuada para cada situación. Por supuesto, deberemos conocer los materiales objeto de la limpieza, ya que son un punto determinante tanto en la elección de los productos como en la técnica a aplicar.

Horario. En la limpieza de grandes superficies habrá que valorar el lugar y las circunstancias. Mientras, por ejemplo, una nave industrial permitirá un horario de trabajo; un lugar de acceso público como un colegio, centro comercial, oficina, etc., requerirá de unos horarios más depurados que no interfieran con la normal actividad que se desarrolle en el emplazamiento.

Productos. Deberemos conocer cuáles son las premisas que han de seguirse al respecto. Este tipo de limpieza, requerirá de productos químicos homologados; que sean respetuosos con las personas y con el medio ambiente y adecuados a las zonas concretas a limpiar.

Maquinaria. Toda una flota de máquinas especializadas va a ser necesaria: Barredoras, fregadoras, aspiradoras, abrillantadoras, pulidoras, etc. Deberán ser utilizadas según las características del emplazamiento a limpiar; habrá que conocer entonces, que máquinas son las que garantizarán una mayor eficiencia.

Personal. También necesitaremos un grupo de trabajadores con la formación adecuada para el uso de esas máquinas y con conocimiento de los métodos de limpieza y desinfección. Deberá ser personal riguroso en el manejo de productos químicos y estar ataviado con el equipo de seguridad que marque la ley según la circunstancia. En ciertos casos, evidentemente, puede requerirse el trabajo en altura o labores de otras características especiales.

Lo cierto es que la cosa cambia. Limpiar no parece tan fácil.

Por eso, en la mayoría de los casos la limpieza doméstica la hacemos nosotros mismos y la limpieza de grandes superficies se la dejamos a los profesionales de la materia.